Alimentación Complementaria

Alergia a la proteína de leche de vaca

Antes de ser mamá ni siquiera sabía que existía una alergia a la leche de vaca, hasta que empecé a observar a mi bebé, ya les conté que en sus primeros meses le di lactancia mixta vean la historia aquí y allí empecé a descubrir esta alergia, resulta que cuando tomaba pacha de fórmula sus gases eran demasiados y luego sacaba leche, gracias a Dios y una exitosa relactancia, eliminé muy pronto las pachas de leche de fórmula y luego de eso nada de molestias en el bebé, continué mi investigación del porqué, resulta que la leche de fórmula está hecha a base de la leche de vaca, por lo que darle esa leche le provocaba esas molestias, con eliminarla se solucionó. Pero luego me di cuenta que al yo comer algún lácteo mi bebé vomitaba pronto, por lo que eliminé por completo los lácteos de mi dieta y todo tranquilo; claro no fue fácil pues yo soy amante del queso, crema, pastelitos y de todo con lácteos, pero ya saben por amor a nuestros hijos nos quitamos el bocado de la boca.

Para no aburrirlos con mi historia e ir más al grano, mi bebé era alérgico a la proteína de la leche de vaca (APLV) existen muchas reacciones al respecto, hay niños que inclusive vomitan sangre cuando esto ocurre, gracias a Dios el mío sólo vomitaba la leche casi de manera instantánea al sentir la leche de vaca.

¿Qué es la alergia a la proteína de leche de vaca?

La alergia a la leche de vaca (APLV) es la alergia alimentaria más común en lactantes y niños pequeños, entre un 2% y un 5% de todos los niños padecen esta afección. Se trata de una reacción exagerada del sistema inmunitario ante una o más proteínas que contiene la leche de vaca. La proteína de la leche de vaca suele ser uno de los primeros alimentos complementarios introducidos en la alimentación del lactante y se suele consumir durante toda la infancia como parte de una dieta equilibrada. Es muy poco habitual que los bebés alimentados en exclusiva con leche materna puedan sufrir reacciones a las proteínas de la leche de vaca. Estas proteínas se pueden transmitir a través de la leche materna si la madre ha consumido productos lácteos. En esta situación, las directrices clínicas recomiendan que se continúe con la lactancia materna debido a sus efectos beneficiosos y que la madre trate de eliminar la proteína de la leche de vaca de su alimentación. La APLV afecta sobre todo a niños menores de 2 a 3 años.

Los síntomas provocados por la APLV son diversos y pueden afectar a varios sistemas orgánicos, como la piel, el aparato digestivo o el respiratorio, lo que puede dar lugar a erupciones cutáneas, eccemas, vómitos, diarrea, cólicos, resuellos o llantos excesivos. Las reacciones alérgicas pueden comenzar con mucha rapidez como ocurre con los problemas respiratorios graves y los vómitos; no obstante, también se pueden retrasar o requerir una mayor cantidad de alimento, como por ejemplo  un vaso de leche. Un ejemplo de reacción tardía sería una erupción cutánea o una diarrea, que pueden tardar hasta 3 o 5 días en aparecer. En lactantes alimentados con fórmula y niños mayores, será necesario evitar las proteínas de la leche de vaca para eliminar los síntomas de la APLV. Esto requiere que se establezcan alimentos sustitutivos adecuados con el asesoramiento de un profesional médico. Como ya hemos mencionado, en caso de que su hijo tome leche materna, se recomienda que la madre cambie su alimentación y excluya todas las proteínas de la leche de su dieta. Si eso no ayuda, el pediatra le aconsejará que tome una fórmula infantil adaptada que puede contener proteínas hidrolizadas o bien una fórmula que no contiene proteínas de leche de vaca, como son las denominadas fórmulas con aminoácidos o elementales.

En Guatemala existen pocos médicos relacionados con el tema y confunden esta alergia con la intolerancia a la lactosa y no tiene nada que ver una cosa con la otra.

Diferencias entre APLV e Intolerancia a la lactosa

La principal diferencia es que la APLV es una alergia alimentaria, lo que significa que el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada ante una o más proteínas presentes en la leche de vaca. Para evitar una reacción alérgica a los alimentos, es importante evitar la ingesta de la proteína.

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad para digerir el azúcar de la leche (denominado lactosa). Se trata de una intolerancia alimentaria, lo que significa que el cuerpo no puede digerir este nutriente. El sistema inmunitario no se ve implicado por lo que no se produce ninguna reacción alérgica. Síntomas como hinchazón, dolor abdominal, flatulencia o diarrea pueden ser signos de intolerancia a la lactosa. Ni la piel ni el aparato respiratorio suelen verse afectados. Una vez más, los síntomas de la intolerancia a la lactosa sólo se pueden controlar si se evitan todos los alimentos que contengan lactosa, como por ejemplo, todo tipo de leche y productos lácteos. Por fortuna, los productos lácteos y la leche sin lactosa están disponibles en la mayoría de las tiendas y pueden ser una buena alternativa.

¿Será para siempre alérgico a la leche de vaca?

Al ver esta información científica vemos que esta alergia es común pero gracias a Dios tiende a desaparecer entre los 3 a 5 años de edad, son pocos los que continúan en la edad adulta con esta alergia. Sin embargo siempre es bueno monitorear y darle el seguimiento respectivo con el médico.

Siguiendo con mi historia

Como les comenté quité de manera total los lácteos de mi dieta, si quería leche tomaba leche de almendras, pues la de soya también le provocaba reacciones, cuando inicié la alimentación complementaria de mi bebé a los 6 meses, hicimos el BLW y claro, los lácteos no están permitidos hasta después de los 12 meses. Siempre tenía que tener cuidado con lo que comiéramos o comiera la gente con quienes estábamos ya que si algo le llama la atención lo come, por lo que hasta su papá evitaba los lácteos cuando estaba con él.

Definitivamente no era algo que me gustaba, decir que mi hijo comía de todo, menos lácteos, aparte de andar con sumo cuidado en ver que ni una galleta podía comer. Durante el descanso de semana santa fuimos a un retiro de la iglesia y el día domingo oraron por sanidad, estaba dándole de mamar a mi bebé y oré al Señor pidiendo por una sanidad en mi hijo ya que yo quería que fuera un niño que pudiera comer de todo sin ningún problema, oré yo sola, ni siquiera estaba dentro del templo, no le pusieron manos, sólo fue creerle al Señor y Él hizo el resto. Lo creí, pasaron los días y como había sido costumbre evitar los lácteos, no probé exactamente ese día, un día agarró un pedazo de pastel en la casa de sus abuelos, lo habían hecho a base de leche, no pasó nada, otro día se comió un pedazo de queso, no mucho le gustó pero no le pasó nada y por último comió arroz en leche en un restaurante y todo tranquilo. Sé que si Dios decide hacer un milagro Él lo hace, lastimosamente los que dudamos somos nosotros pero en mi corazón hay agradecimiento a Él por haberlo sanado y ahora puedo ver un milagro más a través de mi hijo y puedo decir con toda libertad:

¡Mi hijo puede comer de todo!

Fuente: www.alergiaalalechedevaca.es

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